¿Qué es el benchmarking? Esa sería la primera pregunta
que deberíamos plantearnos antes de exponer una estrategia de benchmarking.
Debemos decir que el benchmarking es el proceso a través del cual se hace una
recopilación de información para comparar productos o servicios e incluso
procesos de otras organizaciones y empresas para poder desarrollar mejores
prácticas en la aplicación de las estrategias similares a la competencia.
Una vez
conocemos qué es el benchmarking,
entendemos que sea necesario desarrollar una buena estrategia de benchmarking,
porque en este sentido, conseguiremos que nuestra empresa y nuestro producto sean
más competitivos en el mercado en el que se encuentran insertos. El benchmarking es una estrategia que se
perfecciona día a día dentro de las grandes corporaciones.
De esta
manera, los objetivos del benchmarking se centran principalmente en dos
aspectos cruciales para la competitividad de la empresa:
- El nivel de calidad del producto o servicio que se ofrece. El benchmarking se centran en el valor que se crea sobre el producto, teniendo en cuenta variantes como su precio o los costes que se han derivado de su fabricación y de su venta.
- El nivel de productividad. Se procura en todo momento mantener una eficiencia determinada en los procesos y conseguir un equilibrio y unas ganancias entre lo que se produce, con lo que se consume.
El benchmarking se adapta a cada tipo de
empresa y a sus necesidades. De esta manera, encontramos un tipo de
benchmarking que es interno, para
por ejemplo las grandes empresas; un tipo de benchmarking que es competitivo, sobre todo para analizar
los aspectos clave de los competidores más directos; y un benchmarking de tipo funcional, en este sentido se comparan
los procesos pero no tiene por qué ser de empresas que sean competidoras, sino
que pueden ser empresas que se ubiquen en otro sector económico.