Números, cifras, datos, todo eso es cruzado en los
diferentes algoritmos que nos rodean en nuestro día a día y que apenas si somos
conscientes de ellos. Muchos de nosotros no hemos preguntado cómo pueden
funcionar esos algoritmos, que al
fin y al cabo nos parecen cosa de magia,
y no es de extrañar porque pueden hacer muchas tareas en poco tiempo siempre y
cuando sean programados de la manera oportuna.
Existen algoritmos que en muchas ocasiones nos condicionan
sin saberlo, porque a día de hoy muchos de nosotros somos esclavos de las
nuevas tecnologías y por tanto de todo aquello que se cuece en la red. El
gigante que gestiona todos esos dominios es nada más y nada menos que Google, el cual puede cambiar incluso
nuestra percepción de la realidad en un momento dado, permitiéndonos acceder en
primer lugar a cierta información antes que otra. Todo esto funciona a través
de algoritmos, los cuales controlan los estándares impuestos por Google y si
son modificados hacen temblar los cimientos de todos aquellos que se dedican al
SEO, por ejemplo.
Algoritmos everywhere
Pero no solo Google tira de los algoritmos, como pudimos ver
en la película de La red social, Facebook
está creado a través de un algoritmo, que a día de hoy se desarrolla y se
combina con otros datos. La revolución
de los algoritmos está en pleno apogeo y por supuesto no sabemos aún hasta
dónde llegarán las posibilidades de esta parte de las matemáticas.
¿Sabías que existen algoritmos capaces de crear libros? O por ejemplo, cuando envías un curriculum, ¿sabías que la
primera criba la podría estar haciendo un algoritmo? Las aplicaciones de los
algoritmos son prácticamente infinitas, pudiendo incluso corregir fotos antes
incluso de ser tomadas. Este ámbito de la informática, cada vez más tangible
para nosotros, no dejará de sorprendernos.