La pregunta que se hacen muchos gestores de negocios es si deben adoptar una filosofía de marketing segmentada o si por el contrario deberían intentar cubrir el mayor espacio. ¿Qué perfil adoptar? Es difícil, en ocasiones, llegar a una conclusión específica sobre esta pregunta, así que por ello hay que tratar de analizar varios rasgos.
Un ejemplo práctico
Cada empresa tiene una filosofía de trabajo, unos objetivos y unas posibilidades. La segmentación es clave en una gran cantidad de casos, mientras que otros se trata de un error. Hay que saber cuándo debe adoptarse cada enfoque. La segmentación es muy útil en aquellos casos en los que las empresas no tienen una oportunidad real de salir al "mundo exterior". Se trata de negocios locales que tienen pocas posibilidades de encontrar la rentabilidad fuera de su zona de confort.
Es el caso, por ejemplo, de una verdulería de barrio. Desde hace años lleva proporcionando verduras a los vecinos de la zona y ha llegado a tener una presencia notable en el mercado. Pero quiere crecer. En este paso se abren ante el negocio dos opciones: potenciar su fuerza en el barrio o salir al exterior e intentar ser global. Con el primer método lo que hará este negocio será aumentar la cantidad de clientes que tiene en los alrededores, personas que podrían comprar repetidas veces a lo largo de una misma semana. Con la globalización, el negocio intentará llegar a más personas, ¿pero tendrá un efecto positivo?
Sin conclusiones determinadas
Debido a este tipo de situación cada negocio tendrá que sacar sus propias conclusiones. En el caso de la verdulería, con la información que hemos proporcionado está claro que lo mejor que podrá hacer será segmentar sus acciones de marketing. Extender su nombre en el barrio y adoptar el papel de líder del mercado en las manzanas de alrededor de la tienda proporcionará una mayor cantidad de ingresos. De hacer lo contrario el negocio se arriesgará a perder la inversión debido a que será difícil que atraiga a clientes de fuera del barrio.