- Crea asociaciones emocionales alrededor de tu marca personal. Cuenta, relata, haz que tu público viva lo que haces y te gusta.
-Transmite en positivo. Transmite valores en tus comentarios de blog, en tus post comerciales de las redes sociales, pero también en tu día a día. Porque lo sientes, no porque tienes que hacerlo. Habla en positivo, cuida la forma en la que interactúas en las redes sociales.
- La música de tu branding personal. ¿Has pensado alguna vez la importancia que puede tener la música que suena mientras tus clientes esperan al teléfono? Esa música te aporta una identidad. Se trata de un detalle de valor, sí, emocional.
- Cuida tus comunicaciones personales. Por ejemplo, la gramática, las faltas de ortografía devalúan, distorsionan los mensajes. Ofrecen una imagen pública de tu branding personal descuidada. Por otro lado, la frescura con la que escribes, sin ir más lejos, tus correos, proporciona una identidad que te califica. Como para no tenerlo en cuenta.
Un dato curioso a este respecto. Todas las marcas se equivocan, y hay quien ha seguido las erratas y faltas de ortografía a los grandes de las burbujas, a Coca-Cola y Pepsi. Bueno, Coca-Cola se equivoca cuatro veces menos en sus textos que Pepsi. Hay estudios sobre éso. Se trata de ofrecer profesionalidad y atención a los detalles. Que es parte básica del branding personal.
- Correos electrónicos que te califican. Disponer de un correo electrónico generalista, del tipo Hotmail o Gmail está bien para atender tus comunicaciones familiares, pero no para ofrecer una imagen profesional. Utiliza tu marca, emplea tu nombre para el correo y como extensión del de tu dominio.
- Imagen personal. Esta bien que vistas bien en público, pero no descuides las imágenes que definen tus perfiles en la Red. Tus fotos personales. Cuida las actitudes, cuida los enfoques, es la primera imagen que muchos de tus potenciales clientes tienen de ti.
Tu branding personal eres tú y tus capacidades aprovechadas al máximo, piensa en éso.