El fin común perseguido por varias empresas y sociedades que
realizan trabajos y servicios independiente, es una idea totalmente obsoleta en
el mundo en el que día a día crecen las marcas y surgen nuevas empresas más allá de la corporación. Es lo que se
denominaban empresas de nueva generación, aquellas que iban más allá de la
marca y la corporación.
La corporación se vio a principios de este siglo, como el
demonio dentro del ámbito económico, fueron muchos los escándalos que rodearon a las corporaciones y
documentales como “Las corporaciones” enfocado principalmente a las empresas
estadounidenses, echaron su reputación por tierra.
¿Cuál fue la consecuencia? Dar el pistoletazo de salida para
que las marcas que nacían en la red y se mostraban solo en la red se
convirtiesen en las protagonistas del día a día de muchos usuarios. Esas marcas
hicieron que una nueva concepción sobre
las estrategias de venta se estuviese
desarrollando,
siendo la experiencia la baza de su valor como empresa en el mercado digital.
Ahora bien, no solo las empresas en el panorama digital dejaron de lado las marca y los mensajes basados
en logos, sino que su identidad se comenzó a crear a través de algo más que
mensajes visuales para también tener mensajes verbales, mensajes que transmiten
más allá de las limitaciones que habría a través de un logo.
Otra muestra de que la corporación
se ha dejado atrás y ya es cosa del pasado, es que las empresas no son centros
herméticos e impersonales que hacen y deshacen a su antojo, sino que las
empresas se acercan a sus clientes, abriendo sus puertas y expresando una
personalidad propia a través de los valores. El marketing de la experiencia reside en el hecho de que la marca y
por tanto la empresa va más allá del simple negocio.