Hay cierto desconocimiento general entre las empresas que les impide apreciar los muchos beneficios existentes de llevar a cabo una estrategia de marketing social. Parece que a simple vista se puede tratar de un desperdicio de recursos, cuando en realidad tiene grandes posibilidades de producir un efecto positivo en cualquier tipo de negocio.
El mejor efecto bumerán
Lo que ocurre cuando alguien lanza un bumerán es que este llega a cierta distancia y luego vuelve a las manos de quien lo ha lanzado. El efecto que produce el marketing social es exactamente el mismo. Cuando una empresa invierte en una iniciativa que ofrezca algún tipo de ayuda al medio ambiente, a la sociedad o al mundo en general, acaba notando cómo después ese efecto positivo le acaba volviendo.
Las formas de que esto ocurra pueden ser variadas, pero es rara la situación en la cual el efecto bumerán no proporciona una gran mejora a la empresa que ha hecho uso de él. Por lo general el efecto suele ser de imagen, beneficiando al negocio por la obtención de una mejor imagen que después lleva a que derive en un aumento de clientes. Si pensamos en el marketing social como una estrategia de medio-largo plazo, no habrá ninguna duda de que podrá producir grandes efectos.
Pero hay que saber lanzarlo
Podéis imaginar que cualquier persona que lance un bumerán no va a conseguir que este acabe en su mano al volver sin ni siquiera despeinarse. Hay que saber lanzar el bumerán. Y también hay que saber dar salida a una campaña de marketing social. Es necesario analizar el mercado y la sociedad y buscar causas que estén de actualidad o que puedan despertar el interés de las personas de una manera especial. Se pueden aprovechar momentos clave en los que haya ocurrido una tragedia o buscar alguna organización con la que colaborar para que el resultado sea óptimo. Cuanto más se afine el lanzamiento más seguridad habrá de que el bumerán dará en el objetivo.
Rompiendo con los miedos
Puede parecer, visto desde el exterior, que plantear una campaña de marketing social es algo poco ético y que está fuera de lugar. Hacer algo para recibir un incentivo a cambio no resulta algo que se vaya a comentar públicamente. Pero hay que ser realistas y entender que todo, a cierto nivel, se hace con un objetivo determinado. No lo reconoceréis de forma pública y tampoco lo harán otras empresas que apuestan por este marketing, pero todo tiene un claro beneficio. Que no nos preocupe. Es mejor verlo de manera que valoremos que estamos obteniendo un beneficio, pero también haciendo un gran bien a la sociedad.