viernes, 6 de noviembre de 2015

Razones para implementar (ya) una organización transversal en una empresa

Hablemos de un problema estructural de las empresas: organización transversal versus organización piramidal. La vieja escuela de dirección de empresas asegura que una buena gestión piramidal en una compañía garantiza el control de cualquier firma. Los de arriba ordenan y los de abajo, los trabajadores, obedecen dentro de un plan de gestión, con responsabilidades repartidas y de un organigrama muy bien estructurado.

  


Las estructuras de dirección piramidales es cierto que tienen la ventaja de que resultan más escalables, pero también que esa fórmula puede restar protagonismo a la creatividad, a la innovación, a la colaboración espontánea y a la promoción del talento. En ocasiones, los protocolos internos de las empresas con estructuras piramidales impiden dar respuestas comerciales rápidas, algo que se puede traducir en una pérdida de oportunidades y en retrocesos en lo que se refiere a cuotas de mercado.
Cultura productiva
Los últimos cambios producidos en la cultura productiva, que son parte de una evolución que se extiende a toda la sociedad, dicen que esa fórmula está obsoleta. Que la tendencia, que lo que realmente funciona ahora, es promover la colaboración entre iguales. Lo que se conoce como organización transversal.
Con la organización transversal se tienen más garantías de que la información estratégica de las empresas fluya más rápidamente y las respuestas sean más flexibles, más dinámicas y la organización más competitiva.
Para algunos especialistas, cuando el ecosistema de la empresa deja de responder a las necesidades del entorno en el que se desarrolla la actividad económica, la compañía va camino de la extinción.
Las estructuras empresariales de organización vertical corren el riesgo de fosilizar sus activos con el respaldo de rutinas que han funcionado por tradición en la cultura interna de las empresas pero que son una llamada al ayer y no al futuro. El único camino hacia el futuro es el que sigue la línea de una organización transversal bien definida.