El cambio del logo o logotipo de una empresa puede ser muy ventajoso,
pero también devastador para la marca, por tanto, el cambio sin duda es un arma
de doble filo que interesa analizar.
En primer lugar, es importante
hacerse la pregunta de si realmente supone una ventaja para la empresa un nuevo
diseño de su logo, en concreto, si compensa la inversión que se realiza al
contratar los servicios de un equipo creativo, y cuál es el impacto real que se espera conseguir con un nuevo diseño,
traducido en valores económicos.
Cuando cambiar de logo en una empresa
Puede darse el caso de que
nuestra decisión de cambio resida en considerar el logotipo anticuado para
nuestra empresa, sobre todo cuando queremos estar relacionados con innovación, tecnología… en tal caso, un logotipo
con un diseño más gráfico y actual puede ser positivo.
Cuando la empresa se está expandiendo, tanto en territorio como en
productos, modificar el logo puede ser favorable, ya que realmente se está
produciendo un cambio más profundo, acorde por tanto con un nuevo logo.
Otra situación que puede forzar
el cambio es la existencia de un
requerimiento legal por parte de otra compañía en contra del logo o nombre
de la marca
Hay que tener cuidado, sin
embargo, en aquellas empresas en las que existe un gran vínculo del consumidor
con el logo. Es el caso de marcas como
McDonalds o Kellogs, cuyos logos se han convertido en atemporales. Pero
esto no siempre sucede con los gigantes empresariales, ya que Google es el
claro ejemplo de que el cambio no aleja a los usuarios, sino que se adapta a
ellos.
Cómo conseguir el mejor logo
Un buen logo debe ser fácil de entender, sencillo, identificable y ante
todo, único. El diseño debe ser un
reflejo de la marca, por lo que, desde el color a la fuente, son
relevantes. Además, lo ideal es hacer
pequeños cambios a lo largo de un periodo de tiempo, mejor que un cambio
muy radical de golpe, ya que despistaría a los consumidores.